Excesos, de entre los sinónimos de la palabra, destaco Abusos, pero puse el nombre del blog del lado del exceso, porque el verbo exceder, va más con el tema al que les invito a testimoniar y participar. Piénselo ex-ceder, y ceder nos remite siempre al dominio y poder, cuyo uso cabe preguntarse si es útil o inútil. Pongan el prefijo “ex”, y se indica un “ya no”, se acabo de “ceder” ante los Abusos de la finca y el bajo comercial. Entro para ello en la cultura, a la que llamo, como arma contra las “licencias ambientales” concedidas para “excusar el abuso”.


jueves, 4 de diciembre de 2008

Una cosa es la democracia y otra la legalidad


Excesos, de entre los sinónimos de la palabra, destaco Abusos, pero puse el nombre del blog del lado del exceso, porque el verbo exceder, va más con el tema al que les invito a testimoniar y participar. Piénselo ex-ceder, y ceder nos remite siempre al dominio y poder, cuyo uso cabe preguntarse si es útil o inútil. Pongan el prefijo “ex”, y se indica un “ya no”, se acabo de “ceder”.

Ambientales, es una palabra tomada en su uso moderno por la administración, para designar lo que llaman “licencia de actividad”. Actividad por ambiental, y permiso por licencia. Menudo cambio, pues licencia remite a permiso, y ambientales, a ambiente, habitat, ocio… etc… del que se nos intenta educar hoy en día. Un poco liado ¿no?, siempre ocurre así cuando se quiere disfrazar algo, en este caso: “permitir el abuso”, y firmado por gestores que se invisten de “la autoridad”. Es lo que ha ocurrido en esta finca y bajo comercial, de lo que daré testimonio, con las armas de la cultura.

Por ello, he elegido como afiche de este blog, la representación de cuatro hombres importantes, que reflexionaron sobre el uso, el abuso, el poder, el dominio, la excusa. Concretamente me remito al debate que encargo la Liga de Naciones a los intelectuales de la época, uno de los primeros elegidos Albert Einstein que pidió debatir con Sigmund Freud, sobre el ¿Por qué de la guerra? Personalmente me he preguntado ¿Por qué no poner también una mujer en el afiche?, pero lo he desechado, ya que las mujeres no son dadas a estos temas, al menos las que lo son de verdad. Jacques Lacan y Bill Gates, son también grandes iconos de temas de derecho y poder. Y los cuatro grandes descubridores e inventores.

Einstein comienza el debate planteándole a Freud qué le parece el binomio “derecho-poder”, que Freud plantea cambiarlo por “derecho-violencia”, pues parecería que a la violencia la regularía el derecho, pero no es así, dirá Freud, dado que hay dos tipos de personas, “las interesadas en el proceso de la cultura” y las que no. Dos grupos irreconciliables en su forma de gozar. La pregunta que arde, es: ¿qué pasa si en los medios de gobierno, que no de legislación, se anulan a las personas interesadas en el proceso de cultura?, y la respuesta es obvia: se instala el Abuso de Poder para Permitir los Excesos, escamoteando la ley. ¿Están funcionando así nuestros dirigentes, abatiendo a los hombres y mujeres de cultura?, una guerra sumergida de la que no se dice nada.

Llevo años cediendo al Abuso del poder, en mi caso sabiéndolo. Viviendo en un lugar, con gente que le importa un bledo el fenómeno de cultura, me he tenido que oír diariamente verdaderas barbaridades, como reñir a sus hijos por las “notas en estudios”, mientras se alaba un “no sé que saber hacer en los negocios”, y digo eso porque la frase es: “fulanito tiene una buena cabeza para los negocios”, dicho en tono admirativo. Y esa “buena cabeza” para los negocios siempre supone un manejo del dinero, muchas de las veces empleando medios sin importar el fin. Lo dicen como deseable y admirado. Cuando a veces, aprovechando algún silencio he planteado temas relativos al estado de la civilización actual, paradigmas sociales, reflexión sobre algún libro o ensayo, comentarios a inventos mundiales, la crisis del ideal… e incluso la nueva forma de la guerra, me he encontrado con bostezos, con tengo cosas que hacer, ya hablaremos… o con confusiones, sobre la crisis, que entienden es la del terrorismo del dinero… ante lo que me he callado, y los he dejado estar.

Catálogos de vestidos, electrodomésticos, muebles, coches, casas, zapatos… todos los objetos de consumo, son sus temas preferidos, apuntando a los de más calidad, que siempre coincide con el más caro, con metáforas como “pata negra”… etc. Buff, si recuerdo la cantidad de veces, que he estado escuchando esas payasadas, no doy crédito a mi aguante. Y digo “aguante”, porque ni por un segundo se les ha pasado por la cabeza, que si ellos desprecian el proceso de cultura, gente como yo despreciamos eso de lo que no paran de hablar. Ese es el impasse y la contradicción entre dos formas de gozar irreconciliables. El problema es que los que están al otro lado creen de puro corazón, eso del “para todos igual”, mientras que obvian lo despreciables que nos parecen ellos a nosotros. Y lo grave, es que con dirigentes que copan los puestos de gestión del lado del desprecio a la cultura, nos aplastan sin ningún tipo de pudor ni de piedad, llenándoseles la boca de democracia, para autorizarse a confundirla con la legalidad. Lo diré fácil, para ellos es legal lo que vote la mayoría, aunque sea ilegal. Piensen dónde ha llegado el mundo en otras épocas, por esta confusión, por este enredo, y por el silencio de las personas con otro modo de pensar.

Esta reflexión es la que me ha llevado a decir – ¡Basta!: una cosa es la democracia y otra la legalidad –, en momentos en los que se quedaban tan panchos proponiendo un acuerdo, en contra de la ley, y diciendo que con la mayoría votante, se anulaba la legislación. Dije basta!, frente a sus caras perplejas mirándome sin comprender, mientras a mi cabeza acudían escenas pasadas en la historia de linchamientos, exterminios, que intenté suavizar citándoles una película “perros de paja”, que por supuesto ni saben de lo que va, ni les interesa saber. Lo peor es que si con esto los políticos del PSOE se arman la picha un lío, con los del PP es ya el cotorreo del acabose.

Invito a reflexionar y a que alguien escriba, la etimología de las palabras exceso y ambiental, como un comienzo, al tiempo que postearé episodios de esta historia, como testimonio.

Teresa Ferrer